lunes, 14 de abril de 2008

Laura, donde maman los peces

Cada animal tiene
su propio olor, el tuyo
es el de dos personas que
se encuentran en un cuarto,
en un ascensor y envuelven
un pedazo de silencio
en un papel muy chico.
Un perro que se acerca trae
en los ojos peces.
Te lame la mano
por la palma, por la parte
donde los dibujos se van
a volar en tu brazo.
Y empuja el hocico tibio y
tu sueño el de la noche
cuando el vecino encendió
la luz y ví, en la oscuridad
a los monstruos todos
durmiendo en la cómoda.

***
Todos los escritores jóvenes deben
tener una novia tonta.
Yo fui la tuya una vez.
En la tele escuché que la luz
no tiene lengua. Dos pupilas
enormes y silencio
brotando de cada hueco.
Un vaso cae en la cocina
y los triángulos chispeantes ruedan
hasta llegar al baño.
Un ruido puede
hacerte saltar en pedazos,
así sos vos, encerrado
en la mampara de vidrio
los rayos gotean para
formar un charco y yo
me miro.
Me dijeron que sos tan flaco
porque no te gusta sentarte
pero creo que todo lo que ves
lo guardás en los ojos.
Laura Lobov

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